Coriandoli + Empty Man

Coriandoli Napoli. Scampia. Vele. Una niña lee, encerrada en su balcón. Un joven la observa. Los dos se encuentran, es la fiesta de Carnaval. Un parque de atracciones hace de fondo a la fiesta. Variada juventud se divierte entre los edificios de cemento. Totoriello y Speranzella, Cenicienta y Hulk, diez años cada uno, sentados en un banco de la periferia. ¿Por qué lees siempre en el balcón? Pregunta él. La respuesta es el canto de una sirena crucificada. La respuesta es un cuchillo que corta las anguilas. El vómito de una hija de una fina pena nunca. “Niña perdida” en la estación de los trenes perdidos, una Cenicienta sin un hada, sin bidibida bidibúm. Speranzella a la que han robado la felicidad. Speranzella hija de una puta que por despecho vuela como una mariposa. NOTAS DE DIRECCIÓN Nací y crecí en las Vele de Scampia y en esos edificios blancos que querido contar una historia real. La historia de una niña a la que quitaron el tiempo de los juguetes. He querido contar la criminalidad desde dentro, encendiendo la cámara en los suburbios del alma de una familia empobrecida, hecha pedazos por las ausencias. Los protagonistas de esta película son los alumnos de mi escuela de teatro: la Scugnizzeria. Los he visto crecer físicamente y como actores. Esta película, tras ganar el Nastro d’Argento con mi anterior película Sufficiente, es una puñalada, una patada, una herida, una poesía cruda. Empty Man A los 30, Federico ya ha vivido muchas vidas. Y todas exitosas. Pero eso no es suficiente, porque nada de lo que ha hecho parece importar mucho; necesita más. Una vez archivado el mundo del entretenimiento, la nueva frontera es el arte. Su obra empieza a llamar la atención también gracias al sabio uso de la Red: es precisamente su pasado repudiado el que le da a Federico las herramientas para realizar su sueño.