ÓPERA - La flauta mágica

ACTO I Capítulo I: El rescate de Tamino. Huyendo de un monstruo salvaje, el príncipe Tamino se desmaya de miedo. En el último momento, las Tres Damas lo salvan de la reina de la noche. Capítulo II: El pajarero. Tamino vuelve en sí, ve al pajarero Papageno y cree que es su salvador. Aprovecha la oportunidad y, falsamente, se hace pasar por el cazador de dragones. Las Tres Damas castigan a Papageno por esta mentira y le ponen un candado en la boca. Pero le dan a Tamino un retrato de Pamina, la hija de la Reina de la Noche. El príncipe se enamora inmediatamente de ella. Capítulo III: La Reina de la Noche. Aparece la mismísima Reina de la Noche y se lamenta del secuestro de su hija Paminade a manos del poderoso Sarastro. Ella exige a Tamino que libere a Pamina. Las Tres Damas liberan a Papageno de su "bozal“ y le ordenan que acompañe a Tamino. Como protección, le dan a Tamino una flauta mágica, Papageno recibe unas campanillas de plata mágicas. Tres muchachos también estarán a su lado en su viaje. Capítulo IV: La princesa Pamina. Monostatos, el criado de Sarastro, acosa a Pamina, que ha intentado en vano escapar del reino de Sarastro. Papageno se topa por casualidad con ellos pero consigue ahuyentar a Monostatos. Pamina se da cuenta ahora de que el príncipe Tamino está de camino para liberarla. Papageno, sin embargo está muy triste porque sus sueños de amor no se han cumplido hasta ahora. Capítulo V: Las tres puertas. Los Tres Muchachos han conducido a Tamino al reino de Sarastro. Pero las puertas permanecen cerradas al principio. Aparece un esbirro de de Sarastro y hace dudar a Tamino de los cuentos de la Reina de la Noche y pone en duda sus planes. Mientras Tamino toca su flauta mágica con la esperanza de encontrar a Pamina, su entorno se transforma y su música llega hasta Pamina y Papageno. Pero antes de que puedan escapar, son atrapados por Monostatos y sus hombres. Las campanadas mágicas de Papageno mantienen a raya a los perseguidores. Capítulo VI. El poderoso Sarastro. Sarastro aparece con su séquito. Monostatos hace entrar a Tamino, pero sólo le permite ver brevemente a Pamina. Sarastro quiere someter a Tamino y Papageno a varias pruebas para demostrar la seriedad de su empeño. ACTO II Capítulo VII: La primera prueba: el silencio. La primera prueba consiste en permanecer en silencio. Mientras Tamino resiste sin esfuerzo los discursos de las Tres Damas, que reapare-cen de repente e intentan persuadirle para que cambie de opinión, Papageno se ve tentado a hablar. Al mismo tiempo, Monostatos vuelve a intentar acosar a Pamina. La Reina de la Noche interviene y ordena a su hija que mate a Sarastro. Capítulo VIII: La decisión de Pamina. Pamina tiene que elegir: vengar a su madre o desafiarla y perderla. En su desesperación, aparece Sarastro y pone fin a sus luchas. Capítulo IX: La segunda prueba: la constancia. Tamino y Papageno son puestos a prueba por segunda vez: deben permanecer en silencio, sin comer y sin pensar en el amor. Pero Papageno empieza a charlar con una anciana que aparece de repente. Cuando se da cuenta de que está perdiendo para siempre la oportunidad de una joven Papagena, inmediatamente guarda silencio. Los Tres Muchachos devuelven la Flauta Mágica y las Campanillas Mágicas a los, junto con comida maravillosa, que Tamino no toca. Ni siquiera la aparición de Pamina consigue persuadirle para que hable. Pamina cree haber perdido su amor. Papageno no puede resistir la tentación y vuelve a hablar con la anciana, detrás de la cual se esconde en realidad "su" Papagena. Capítulo X. La desesperación de Pamina. Pamina quiere quitarse la vida. Sin embargo, cuando los Tres Muchachos le dicen que Tamino aún la ama, permite que la lleven hasta él. Capítulo XI. La prueba final: fuego y agua. Dos de los hombres de Sarastro indican a Tamino el camino cuando Pamina aparece para acompañarle en la prueba final: el fuego y el agua. Con la ayuda del sonido de la flauta mágica y de su amor, sobreviven a la prueba. Mientras tanto, Papageno ya no quiere vivir en soledad. Una vez más, los Tres Muchachos intervienen y le recuerdan sus campanillas mágicas, que convoca a Papagena. Juntos, Papageno y Papagena sueñan con felicidad en el amor y con muchos niños. El último intento de derrocar a Sarastro fracasa, pues la Reina de la Noche, sus Tres Damas y Monostatos, que se han unido a ellas. El séquito de Sarastro lo celebra como vencedor.