Los pescadores de perlas -Ópe Preg. MET CN 16

ACTO I Una aldea de pescadores de perlas en el Lejano Oriente. Mientras los pescadores se preparan para zambullirse a pescar perlas, cantan su miedo al mar. Zurga les dice que deben elegir a un líder y ellos, unánimemente, le juran lealtad. Nadir regresa al pueblo tras haber pasado un año fuera. Él y Zurga recuerdan que su amistad estuvo a punto de perecer cuando ambos se enamoraron de la misma sacerdotisa hindú. Nadir jura que él ha cumplido el juramento que ambos hicieron y se ha mantenido alejado de ella para no comprometer su amistad. Nourabad, el sumo sacerdote, trae a una sacerdotisa a la aldea. Su misión es cantar y rezar toda la noche para apaciguar a los demonios de las profundidades y mantener alejados a los espíritus de la tormenta. Aunque oculta su rostro con un velo, Nadir se da cuenta inmediatamente de que es Leila, la sacerdotisa a la que él todavía ama. Zurga, que no la reconoce, le impone un juramento de obediencia bajo pena de muerte. Leila no debe quitarse el velo y debe mantenerse pura. Como recompensa por proteger a los pescadores recibirá la mejor perla que encuentren. Nadir, a solas, revela que él y Leila se han encontrado en secreto y que la ha seguido hasta la aldea. Él la escucha cuando empieza su conjuro e, incapaz de soportarlo más, la llama. Ella interrumpe su misión y responde a su amor. ACTO II Nourabad le dice a Leila que los pescadores han regresado sanos y salvos y que ahora ella puede ir al templo a dormir. Él insiste en la importancia del juramento que ha realizado. Como prueba de que es capaz de mantener su promesa, ella le cuenta que una vez cuando era niña ayudó a proteger a un fugitivo. El hombre al que salvó le regaló un collar que ella todavía lleva. Mientras duerme, Leila sueña con Nadir, que está intentando acceder al recinto sagrado. La pareja se reúne. Estalla una tormenta y los descubren. Nourabad los delata y los culpa de la tormenta. Zurga protege a su amigo de la ira del pueblo, que exige su muerte inmediata. Nourabad le arranca el velo a Leila. Zurga reconoce finalmente a Leila y se da cuenta de que Nadir ha traicionado su juramento y, furioso, exige la muerte de la pareja. ACTO III Ha pasado la tormenta pero la aldea ha sufrido daños terribles por la inundación. La ira de Zurga se ha calmado y ahora reflexiona con tristeza sobre el destino de Nadir. Leila intercede por Nadir y Zurga cede, pero sus celos se reavivan cuando se da cuenta de lo mucho que Leila ama a su rival. Zurga permite que Nourabad se la lleve para sacrificarla junto a Nadir. Antes de irse, ella da su collar especial a uno de los jóvenes pescadores para que se lo entregue a su madre. Zurga confisca el collar con un grito. Los pescadores de perlas se preparan para el ritual de la muerte de Leila y Nadir al alba. Zurga los detiene con las noticias de que el pueblo está en llamas y los habitantes huyen para intentar salvar a sus hijos. Zurga libera a la pareja y les explica que él ha dado fuego a la aldea para poder rescatarlos. Confiesa que él fue el fugitivo al que Leila salvó hace muchos años. Los amantes escapan agradecidos y Zurga tendrá que atenerse a las consecuencias de sus actos.